AGUIRRE DESTITUIDO

El viernes se hizo oficial, Javier Aguirre era destituido como entrenador del Real Zaragoza. La verdad es que los maños ocupan el último lugar de la tabla. Pero es que alguien tiene que ser el colista, y todos los años bajan tres equipos a segunda división.

No se le pueden pedir peras al olmo. No digo esto por Aguirre, sino por los mimbres que tiene para hacer el cesto. Te coges la plantilla del Zaragoza y el único puesto que tiene bien cubierto es la portería.  Dos porteros con experiencia en nuestro país contrastada y que han regalado paradas para llenar resúmenes de las mejores de la jornada o de la temporada.



Aguirre en el banquillo del Calderon



El resto de la plantilla, sin querer menospreciar a nadie, son chicos muy jóvenes, que vienen de los filiales del Madrid, Zaragoza, con poca experiencia. El resto pues básicamente los mismo que sufrieron el ultimo año para mantener la categoría.

Por destacar algún hombre Lafita, Poncio, Uche, jugadores que son buenos para la categoría, pero que por si solos no consiguen armar un equipo.

Aguirre siempre me ha parecido un hombre cabal. No se parapeta en excusas. Persona educada y recta, que ha llevado siempre a sus equipos de menos a más. Hay que recordar su magnífica etapa en Pamplona, 4 años estupendos llegando a meter a Osasuna en puestos de Champions. Ya me gustaría a mí ver a un Guardiola o Del Bosque el jugo que sacaban a un equipo modesto.

 Lo mismo que hizo posteriormente con el At. Madrid. Conseguir hacer destacar a esa nave ingobernable ya es un existo.

Con la primera vuelta acabada con solo 10 puntos, con gente joven en la plantilla y el Vasco Aguirre, lo ideal habría sido, seguir con él. Ver si esa gente joven cuaja, se acoplan a la categoría de la competición y consiguen el milagro.

Ahora se habla de traer un lateral, un central, un medio centro y un delantero.

No me parece ni acertado ni justo lo que se ha hecho con Aguirre. Ahora veremos si encuentran a alguien que dirija el equipo. Michel de entrada ha dicho que no. Pero seguro que encuentran a alguien que se siente, aunque solo sea para llenar el hueco en el banco.