Cuando las expectativas de los
clubes no se cumplen, una de las medidas a las que suelen recurrir los
directivos de estos, para intentar mejorar los resultados deportivos de sus
equipos, es la destitución del entrenador.
¿Pero es realmente efectiva esta medida? Pues vamos a intentar ver si en lo que va de
temporada esa decisión ha dado o no fruto.
Este tipo de decisiones que
antaño se solía adoptar tan solo por los equipos que se veían abocado a perder
la categoría, poco a poco ha ido convirtiéndose también en una práctica
habitual en equipos de mayor relevancia en la competición que no cumplen las expectativas,
que la directiva puso. Aunque estas hayan sido exageradas y estén lejos del
potencial real de los jugadores con que cuenta la entidad.
De los 20 equipos de la primera
división, 8 han cambiado de entrenador, durante esta temporada, algunos los
menos por dimisión del profesional que se encontraba al frente del equipo. En la mayoría de los casos no es así, y son los directivos quienes creen que es más sencillo prescindir de una persona que de
un grupo de jugadores. Esta temporada: Racing de Santander, Sporting de Gijón,
Real Zaragoza, Villareal, Granada, Mallorca, At de Madrid y Sevilla, han
destituido a su entrenador.
El caso del Racing de Santander tal vez sea el más curioso, pues ha tenido más
de un cambio en el banquillo. Comenzó con Hector
Cuper al frente del equipo, este
tras conseguir solo 9 puntos en los 13 primeros partidos, dimitió de su cargo
estando su equipo último en la clasificación. Fue sustituido por lo que se
denomino por los medios como el triunvirato. Tres técnicos formando un equipo
se pusieron al frente: Juanjo, Castaños y Pinillos, que a pesar de obtener
buenos resultados, fueron destituidos tras la jornada 25, cuando el equipo se
encontraba a solo tres puntos de los puesto de permanencia. Desde ese momento y
con Cervera al frente del equipo, el Racing
es último de la clasificación, ha disputado seis partidos y tan solo ha sumado
un punto, encontrándose a siete puntos
de los puestos de permanencia.
José Mª del Nido y Michel Presidente y entrenador del Sevilla |
Otro cambio cuanto menos extraño,
ha sido el del Sporting de Gijón. Los
asturianos comenzaron con Manuel
Preciado como técnico. Un hombre que conocía bien la casa y las
dificultades por las que este equipo pasa año tras año para mantener la categoría,
pero que Preciado resolvía siempre de forma positiva. Sin embargo esta
temporada, tras 19 partidos de competición y 18 puntos conseguidos fue
sustituido por Clemente, que está
dando más que hablar por sus modales en las ruedas de prensas que por el
rendimiento del equipo, diez puntos de los 39 posibles con él al frente del
equipo astur. El Gijón a pasado de estar a un punto de la salvación 4, que podrían
ser 7 dependiendo de los resultados de los partido que se disputan esta noche.
El Zaragoza, sumido en una crisis institucional, sustituyo al vasco Aguirre, por Manolo Jimenez. Con este último el equipo ha mejorado sus
resultados, a pesar de lo cual la situación de los maños, es muy complicada.
El recién ascendido Granada, en su vuelta a la primera
división confió en el técnico con el que logro esta hazaña. Fabri, con un
equipo limitado, con casi los mismos jugadores de la temporada anterior, y con
la motivación y las ganas de luchar como principal arma, dirigió el equipo
hasta el 24 de enero. Tras perder en Los Carmenes, frente al Rayo Vallecano, y
situarse en puestos de descenso con los
mismos puntos que el Villareal que estaba fuera de estos, fue pretexto
suficiente para destituir a Fabri y
poner en su lugar a Abel, que de
momento mantiene al equipo a 4 puntos del descenso.
Caparros, ocupo en Mallorca el puesto que dejo vacante Laudrup. Las
malas relaciones del danes, con Serra Ferrer máximo accionista de los baleares,
fueron uno de los detonantes, para que Laudrup abandonara el equipo con tan
solo 6 jornadas disputadas y con el equipo situado en la mitad de la tabla.
En Villareal se preveía una temporada muy dura, con la salida de
jugadores importantes como Cazorla y Capdevilla, entre otros, el equipo
amarillo renovó de entrada la confianza en el hombre que consiguió, en la
temporada anterior mantener al equipo en primera. Juan Carlos Garrido, tenía de
nuevo el complejo trabajo de luchar por mantener en primera un equipo que durante
los últimos años ha sido un referente de buen futbol y magníficos resultados;
sobre todo si tenemos en cuenta el tamaño de la población en que se encuentra.
Tras ser eliminado por el
Mirandes, equipo de la segunda B, en la Copa del Rey, y con el equipo en ese
momento empatado a puntos con el primer equipo en puestos de descenso, Garrido
es destituido, para poner en su puesto a quien fuera portero de Valencia,
Albacete y At. de Madrid, José Francisco Molina, quien tampoco consiguió obtener
el rendimiento que se esperaba del equipo, y ser sustituido por Lotina el 19 de
marzo.
Con objetivos distintos a los de
los equipos a los que nos hemos referido están: Sevilla y At. Madrid, que en teoría deberían optar
a puestos europeos.
El At. de Madrid destituyo a Manzano
a finales de diciembre. En su lugar el Cholo Simeone, un entrenador de carácter
pero que de momento no ha logrado conseguir sacar de los jugadores un mejor
rendimiento al que obtuvo Manzano.
En el Sevilla un Marcelino García Toral, que proveniente
de un equipo modesto del que consiguió sacar un excelente rendimiento, no pudo
acoplarse a un Sevilla, que sueña
con rememorar triunfos no muy lejanos en el tiempo. En febrero Michel ex entrenador del Getafe se hizo
cargo del grupo, sin muchas variaciones en cuanto a resultados de momento.
Tal vez sea un análisis algo
precoz, pero el baile de los banquillos este año, a falta de 5 jornadas, no está
dando los frutos que perseguían, y es que la falta de paciencia es mala
consejera. Cuando termine la última jornada, veremos que directivos acertaron y
cuales se equivocaron.
Enrique J. Díaz-Benito S.
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